El hostigamiento y el acoso contra niñas y mujeres crece exponencialmente.
Internet se ha convertido en una extensión de la vida y la experiencia humana. Han surgido nuevos y variados mundos, prácticas sociales, sentimientos y relaciones, que fluyen y confluyen en ese espacio que parece intangible, pero que simultáneamente se percibe e influye en el espacio físico. En internet se habita, se reconstruyen identidades, se trazan trayectos y mapas digitales que abren incontables posibilidades que nunca se hubieran imaginado.
El avance vertiginoso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las nuevas formas de comunicación mediante las redes sociales, mensajería instantánea, la evolución de los dispositivos electrónicos, han facilitado la interacción simultánea y con ello el surgimiento de nuevas conductas ilícitas en relación con la violencia de género. Del mismo modo que hay personas que ejercen violencia de género en espacios públicos y privados de la vida física, también los entornos donde se desarrolla nuestra vida digital se utilizan para acosar, hostigar, manipular, difundir imágenes íntimas no consentidas, entre otras conductas.
Aunque este fenómeno ha adquirido mayor relieve a lo largo de los últimos años, con frecuencia se pierde de vista que no es del todo nuevo. La violencia contra las mujeres que se observa en los espacios digitales es una extensión de la desigualdad y la discriminación de género que ha existido y existen en todos los aspectos de su vida. Esta forma de violencia se ha convertido en uno de los principales riesgos para la libertad de expresión, la privacidad y la seguridad digital de las mujeres causando graves daños a las propias víctimas y la comunidad digital.
¿Qué es la violencia de género digital?
Es toda forma de discriminación, acoso, explotación, incluyendo los abusos y todas las agresiones que se producen al usar redes sociales, correo electrónico, o cualquier medio dentro de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Es importante tener en cuenta que este tipo de comunicación tiene afectaciones a nivel físico, psicológico, sexual e incluso económico.
Tipos de violencia de género digital
Algunos tipos de violencia, que se han podido identificar: el acoso digital, que tiene que ver con amenazas, lenguaje violento, llamadas insistentes, muy similar al acoso que se vive en el área no virtual.
Por otra parte; la violencia sexual digital, el tipo de ataque más frecuente es la difusión de imágenes, vídeos íntimos sin consentimiento. La difusión de información privada, conocida como doxing, consiste en divulgar datos personales con el fin de hacer daño a una persona.
Por ejemplo, en el caso de activistas o figuras públicas que se difunda información sobre su domicilio, su familia con el fin de que personas que se oponen puedan atacarles conociendo esta información.
El discurso de odio y expresiones discriminatorias suelen estar vinculadas a estereotipos, roles de género. Se incluyen los ataques xenófobos, racistas, cualquier cosa que esté vinculada a grupos que han sido históricamente discriminados por el contexto en el que se vive.
Los ataques a la libertad de expresión que pueden darse por parte del control del gobierno. Pero a veces las mismas plataformas son las que limitan los contenidos de forma automática, es decir que infringen las normas aunque no lo hagan, por ejemplo las fotografías de desnudos. El acceso no consentido a dispositivos y cuentas, puede ser tanto con hackeo o sin hackeo, es decir a través de bots o técnicas ya un poquito más complejas.
Cuando una persona expresa: ‘yo obligo a mi pareja a entregarme sus contraseñas’, eso también es un tipo de violencia que no requiere hackeo, pero que tiene el mismo fin.
Estos tipos de violencias digitales afectan a mujeres, niñas,
adolescentes y personas LGBTIQ+.
Formas más evidentes de manifestación de la violencia de género digital
Muchas veces se resta importancia a la violencia que ocurre en el área digital. No solo porque no somos capaces de reconocerla sino también porque se ha normalizado.
Una de las cosas que ayuda a identificar es la incomodidad. Esto ocurre en otros tipos de violencia de género porque es difícil nombrarla ya que las mujeres están acostumbradas a que ocurra. Pero cuando hay situaciones que generan cualquier tipo de incomodidad ahí se debe indagar y revisar lo que está ocurriendo.
Otro punto importante es insistir en la importancia del consentimiento. Prácticamente todos los tipos de violencia que ocurren suceden a causa de la violación al consentimiento, como acceder a los dispositivos, la difusión de imágenes sin consentimiento.
Es indispensable mantener abiertas estas conversaciones para que las mujeres empiecen a reconocer, pero también la gente de su entorno cercano pueda familiarizarse con lo que está ocurriendo.
La suplantación de identidad. Esto podría derivar en otros tipos de ataque como extorsión económica o extorsión sexual, que es muy común. Por ejemplo, que una persona comente: “‘Me he creado este perfil. Tengo tus fotos. Sí, no me mandas otro video, voy a difundir estas fotos’, es sextorsión que es extorsión sexual. El simple hecho de que dupliquen la identidad de una persona es violencia.
Medios donde más se ejerce la violencia de género digital.
La violencia digital opera de manera combinada con otros tipos de violencias. Después de la violencia psicológica muchas veces se continua con violencia física, hasta llegar, en algunos casos a concretarse en un femicidio.
Con la violencia digital ocurre algo similar. Es decir, estos ataques por lo general se acompañan de otros tipos de agresiones físicas, psicológicas e impactan sobre los cuerpos de las niñas, de las mujeres, de las personas LGBTI.
Se identifican casos más concretos. Por ejemplo, en el caso de monitoreo o acecho. Si una persona es capaz de instalar un software espía en el teléfono de la persona que desea agredir y registrar los lugares que visita, será mucho más fácil acceder al lugar donde se encuentra la persona y ejercer otro tipo de violencia, como podría ser la física.
Recomendaciones básicas de seguridad digital
Medidas preventivas
Tomar medidas para reforzar la seguridad digital es la primera línea de defensa contra amenazas, ataques y actos de violencia en línea. Por supuesto, no todas las mujeres tienen las mismas prioridades o se ven amenazadas de la misma manera, y las medidas pueden variar según el caso. Es importante recordar que la ciberseguridad es un proceso personal que puede desarrollarse al propio ritmo y que se puede alcanzar con un poco de paciencia y una planificación apropiada.
- Actualización de los dispositivos: un dispositivo actualizado es menos vulnerable a los ciberataques.
- Protección frente a accesos no deseados: las contraseñas y patrones de desbloqueo deben ser secretos, complejos y seguros ya que constituyen la primera barrera de seguridad para proteger la privacidad.
- Encriptado del contenido: la mayoría de los sistemas operativos ofrecen la opción de cifrar el contenido del móvil de forma que para acceder a cualquier información hay que introducir una clave de seguridad.
- Gestión de contraseñas: además de no revelar a nadie las contraseñas, debe evitarse apuntarlas y utilizar una misma contraseña para todos los accesos. Para facilitar el trabajo puede utilizarse una herramienta de gestión de claves.
Denuncia la agresión a las autoridades
Las mujeres tienen derecho a vivir una vida libre de violencia dentro y fuera de internet, y a recibir justicia cuando se vulnera este derecho. Denunciar ante las autoridades puede permitir que los actos de violencia digital queden registrados y debidamente documentados, y agilizar el retiro de contenido dañino por parte de las plataformas de internet, sobre todo en casos de ciberacoso, doxxing o distribución no consensuada de imágenes íntimas
A continuación, se facilitan los números de emergencia para solicitar ayuda en Argentina:
línea 144 / 1127716463 (WhatsApp)
Por su parte, a partir de lo previsto en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará), los Estados tienen la obligación de prevenir, investigar, sancionar y reparar la violencia de género en línea cometida en contra de mujeres y las niñas con la debida diligencia.
Si bien resta mucho por hacer para mejorar la atención y el seguimiento de la violencia digital por parte de las autoridades, lo cierto es que se han registrado avances en la región, con recientes esfuerzos de capacitación del funcionariado público e incluso con la creación en muchos países de leyes y unidades especiales de ciberseguridad. Asimismo, es importante tener presente que, aun ante conductas que pudieran resultarnos “nuevas”, los marcos jurídicos vigentes (incluso aquellos en los que no se han creado normas o no se han tipificado estos delitos) permiten encuadrar diversos actos de violencia digital contra las mujeres en leyes contra la ciberdelincuencia, leyes sobre la violencia contra la mujer, leyes penales y leyes sobre privacidad y protección de datos, así como investigarlos, enjuiciarlos y sancionarlos. Esto quizá requiera un conocimiento un poco más avanzado de conceptos y técnicas jurídicas, pero no significa que las sobrevivientes de violencia digital no puedan hacerlo si reciben la orientación debida.
. Acercamos algunas organizaciones que pueden brindar asesoría: Social TIC, Acoso online